Las reformas educativas que se han implementado en
diferentes países latinoamericanos han
incorporado en los currículos la educación en valores.
La educación tiene como finalidad contribuir a desarrollar en los alumnos
aquellas capacidades que se consideran necesarias para llegar a ser ciudadanos
en el ejercicio pleno de sus derechos.
Cuando se analizan los grandes conflictos del mundo y de las
sociedades, se encuentran situaciones de
violencia, discriminación, desigualdad, consumismo y desperdicio frente a situaciones
de hambre y miseria, con degradación del medio ambiente, con hábitos contrarios
a la salud (tabaco, drogas, alcoholismo, deportes extremos, etc.).
En la
escuela se debe facilitar que los estudiantes lleguen a entender estos
problemas, y que adopten actitudes y
comportamientos basados en valores racionales y libremente asumidos.
Como resultado de esta reflexión inicial, se han
introducido en el currículo escolar un
tipo de enseñanza que responda a estos problemas sociales y que tenga presente
la formación en valores básicos.
Un eje transversal
se define como temas que traducen necesidades formativas actuales desde
varios planos: salud, medio ambiente, consumo, educación moral, igualdad entre
los sexos y paz.
También son temas tratados y que se cruzan a lo
largo de una etapa educativa en las distintas disciplinas. Más relacionados con
los contenidos actitudinales.
Los temas transversales, se refieren al para qué de
la educación. No sólo señalan contenidos
que se consideran necesarios, señalan intenciones.
El desarrollo integral de las personas, no solo es
atender sus capacidades intelectuales, es también fundamental atender sus
capacidades afectivas, de relación interpersonal, de inserción y actuación
social.
El desarrollo de los temas transversales/valores
supone una estrecha relación de la
escuela con el entorno, por lo que la
educación es la vía para promover
importantes mejoras sociales.
Dentro de la Reforma Educativa de Guatemala, se
localizan los ejes de la reforma y los ejes del currículo.
Los ejes de la Reforma y los ejes del currículo se
desglosan de la siguiente manera:
Eje de la reforma
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Eje del currículo
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1.
Unidad en la diversidad
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Multiculturalidad e interculturalidad
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2.
Vida en democracia y cultura de paz
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Equidad de género, de etnia y
social
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Educación en valores
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Vida familiar
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Vida Ciudadana
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3.
Desarrollo integral y sostenible
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Desarrollo sostenible (desarrollo humano con relación a la naturaleza,
los recursos naturales y el patrimonio cultural
Seguridad ambiental y social
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4.
Ciencia y tecnología
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Formación en el trabajo
Desarrollo tecnológico
|
Ejemplo de la vinculación del teatro infantil con el eje de la “unidad
en la diversidad”
TEATRO INFANTIL Y DIVERSIDAD CULTURAL
En Guatemala
los ejes de la Reforma educativa tienen una estrecha relación con los ejes del
currículo.
La unidad en
la diversidad es un eje de la Reforma Educativa y la multiculturalidad e
interculturalidad son ejes del currículo, los componentes de los ejes son:
identidad, educación para la unidad, la diversidad, la convivencia y derechos
de los pueblos.
Por último
los sub-componentes de los ejes abarcan lo personal, lo étnico, lo cultural y lo
nacional.
Guatemala es un país pluricultural
porque en él coexisten diversas culturas o pueblos. En los acuerdos de paz se
reconoce la existencia de cuatro pueblos o culturas: el ladino, el maya, el
xinca y el garífuna.
UNESCO, como las Naciones Unidas, fue creada para
promover la comprensión mutua, la paz, la democracia y el desarrollo. Su
mandato específico como agencia especializada es traducir estos objetivos a la
práctica cotidiana al cultivar la sensibilidad y solidaridad interculturales
mientras lucha contra la intolerancia, los estereotipos, la discriminación, el
discurso del odio y la violencia.
La memoria histórica y la
identidad se expresan en la diversidad. La UNESCO en junio de 2017 en Colombia,
editó un documento llamado Competencias interculturales.
Las competencias interculturales son habilidades
para conducirse acertadamente en ambientes complejos marcados por la creciente
diversidad de gentes, culturas y estilos de vida, en otros términos,
habilidades para desempeñarse «efectiva y apropiadamente al interactuar con
otros lingüística y culturalmente diferentes de uno mismo» (Fantini &
Tirmizi, 2006). Como subrayó UNESCO en una publicación previa (Guidelines on
Intercultural Education, 2006b) las competencias interculturales complementan
los derechos humanos como un catalizador para promover una cultura de
coexistencia pacífica y armoniosa. Los derechos humanos incluyen:
1. Derechos políticos y civiles (vida,
seguridad, integridad, libertades fundamentales, acceso a la justicia);
2. Derechos sociales, culturales y económicos (educación, salud, trabajo, comida, alojamiento, participación en la
vida cultural, social y económica);
3. Principios fundamentales como:
universalidad e inalienabilidad; indivisibilidad, interrelacionabilidad e
interdependencia, equidad y no discriminación (derechos de las mujeres, de
indígenas, de los niños, de personas con discapacidades, de trabajadores
migrantes), participación e inclusión, rendición de cuentas y Estado de
derecho.
4. Derechos colectivos e individuales (libre
determinación, desarrollo, ambiente, derechos de pertenencia a grupos indígenas
y otros, libertad de expresión religiosa).
5. Elementos y dimensiones:
disponibilidad, accesibilidad, adaptabilidad, aceptabilidad, calidad y
oportunidad.
Se
entiende como cultura a un grupo de rasgos espirituales, materiales, intelectuales y
emocionales distintivos de una sociedad o grupo social, que incluye todas las
formas de ser en esa sociedad; como mínimo, abarca arte, literatura, estilos de
vida, modos de vivir juntos, sistemas de valores, tradiciones y creencias.
Dentro de la cultura, se identifica la identidad cultural, que se construye socialmente a través de los valores, tradiciones, símbolos, creencias y modos de
comportamiento que funcionan como elemento cohesionador dentro de un grupo
social y que actúan como sustrato para que los individuos que lo forman puedan
fundamentar su sentimiento de pertenencia.
El concepto de diversidad cultural, está íntimamente relacionado con los significados de
identidad cultural, interculturalidad y multiculturalidad, que implican el
contacto entre diversas lenguas, etnias, religiones, expresiones artísticas,
valores, gastronomías, cosmovisiones, entre otros. También es la consecuencia
de diferentes procesos de tipo histórico, político, social, económico y
tecnológico. La diversidad cultural existe desde los procesos de
invasiones, batallas y conquistas de nuevos territorios en los que hubo
encuentros de personas de distintas procedencias.
En la actualidad, la diversidad
cultural está en todas partes y ha permitido el desarrollo de nuevos
conocimientos.
Guatemala como país Intercultural se describe a los miembros de dos o más grupos
culturales distintos (sea por tamaño o nivel) interactúan o influencian a otro
de alguna manera, ya sea en persona o a través de distintas formas de
mediación.
Para la convivencia con diferentes culturas, es importante desarrollar
competencias que lleven a los individuos a relacionarse de una manera adecuada,
por lo que es necesario poseer conocimientos sobre las culturas particulares y
en la interacción con ellas se deben conservar actitudes receptivas que impulsen
el establecimiento y mantenimiento del contacto con otros.
Una manera de dividir las competencias
interculturales en capacidades independientes es distinguir entre saberes
(conocimiento de la cultura), saber comprender (habilidades para
interpretar/relacionarse), saber aprender (habilidades para
descubrir/interactuar), saber ser (disposición a la curiosidad y apertura)
En ocasiones las interacciones interculturales
fracasan, lo cual lleva a malentendidos,
argumentos y conflicto, incluso a la guerra.
Una de
las formas que existen para tener una cultura sana, es respetar y proteger la
diversidad cultural que constituye a cada sociedad. Para lograrlo es
fundamental llevar a cabo un diálogo entre los distintos grupos étnicos, géneros,
razas, clases sociales, etcétera. A fin de enriquecer la diversidad cultural y
configurar paralelamente una identidad individual y colectiva que nos permitirá
tener una sana convivencia que reconoce sus conflictos, retos, miedos, sueños y
aspiraciones.
En este sentido, Eva Garrido, Yera Moreno, Silvina
Monteros y Sylvia García, en el capítulo tres de la guía El
diálogo intercultural a través del arte, nos
explican que “el arte nos da una visión del momento actual, de los conflictos y
las transformaciones sociales que ocurren a nuestro alrededor“. De
esta forma, podemos señalar que el arte, nos permite sensibilizarnos sobre los
problemas sociales que aquejan nuestra realidad y a partir de ello, desde una
postura crítica, construir nuevas posibilidades para hacer frente a los retos
presentes y futuros, a partir de la diversidad de puntos de vista y enfoques.
En esta
publicación se señalan algunos criterios para trabajar temas de
interculturalidad a través del proceso artístico:
Debemos:
·
Reconocer la función
pedagógica del arte para asimilar conocimientos e ideologías.
·
Reconocer la forma en que el arte
interviene en la construcción de identidad por medio del
contacto y experiencias personales con diferentes grupos culturales.
·
Ver la forma en
que el arte transmite valores
·
Evitar que nuestros
alumnos hagan uso un discurso discriminatorio lleno de prejuicios y
estereotipos hacia la otredad
cultural (reconocimiento del Otro
como un individuo diferente), pues estos pueden alterar la conducta
social, generando una percepción negativa hacia los otros grupos culturales, lo
que lleva a la división y amenazan nuestra forma de vida.
·
Ampliar nuestro
Imaginario colectivo mediante nuevas representaciones de la realidad (pintura,
literatura, teatro, esculturas, música, cómics, etc.) que hagan un análisis
reflexivo y dialógico que contribuyan a una sana convivencia en la que todos
tengan cabida.
·
Reconocer la riqueza
de las diferencias, lleva a una mejor adaptación y desenvolvimiento
en diferentes contextos.
·
Fomentar la empatía para
que los alumnos se pongan en los zapatos del otro y se promueva la inclusión
social.
El teatro como
herramienta artístico-pedagógica a modo de vehículo conductor a la hora de
transmitir las enseñanzas en el aula, mediante el uso de los recursos teatrales
se pretende romper con la monotonía del aula tradicional, el teatro permite a
los niños y las niñas expresarse y ser creativos.
Para poder trabajar los temas de
interculturalidad en el aula a través del arte, podemos desarrollar actividades
a partir de la fotografía, cuentos, títeres, teatro, juegos, poesía, pintura,
música, ensayos, entre otras. La idea es que niños entre 5 y 11
años, desde estos medios expresivos mencionados, puedan abordar, valorar y
expresar la riqueza cultural de lo diferente a su cultura y situación
económica, con el fin de alcanzar un intercambio cultural que les permita
conocer los problemas sociales y económicos que enfrentan otros niños, a
partir de la empatía, se logre alcanzar un entendimiento mutuo y la
inclusión social.